En los últimos años, el concepto de lo liminal ha ganado presencia en los márgenes de la cultura digital. Comenzó a tomar forma en 4chan, con la publicación anónima de imágenes inquietantes en 2019, y pronto encontró un espacio más definido en comunidades como r/LiminalSpace en Reddit, a partir de 2020. Aunque el término tiene su origen en la antropología, introducido por Arnold van Gennep a principios del siglo XX y más tarde desarrollado por Victor Turner en los años sesenta, en internet ha evolucionado hacia algo muy distinto. De ser un concepto ligado a los rituales de paso, lo liminal se ha transformado en una categoría estética, una sensación compartida que se construye colectivamente en plataformas como Reddit, X, Pinterest y, más recientemente, TikTok. En este último entorno, la experiencia liminal no se percibe únicamente a través de lo visual: el sonido cumple un papel fundamental a la hora de generar esa atmósfera ambigua. Lo liminal, en TikTok, es inseparable del sonido que lo activa. Más allá de la circulación de imágenes estáticas como pasillos escolares vacíos, piscinas cubiertas iluminadas por fluorescentes, oficinas sin gente u hoteles en la penumbra, TikTok ha consolidado un modelo de experiencia estética que se basa en la repetición de ciertos elementos formales. No es simplemente que veamos espacios deshabitados; es que los vemos acompañados de las mismas pistas sonoras, o de variaciones mínimas de un mismo patrón acústico: canciones ralentizadas, loops de sintetizador, fragmentos de voces distorsionadas o ecos digitales con reminiscencias de la música ambiental y del glitch.
Si bien existen aproximaciones al fenómeno de la “música liminal,” como la serie de radio de Primavera Sound titulada Weird Flex, la compilación de sugerencias musicales “que suenan liminales” en Reddit, o los intentos de codificación sonora desde la producción musical electrónica en espacios como EDMProd, estas discusiones se centran mayoritariamente en el sonido como fenómeno autónomo. Lo que aquí se propone, en cambio, es observar cómo esa sonoridad adquiere su fuerza en la articulación con la imagen, y cómo TikTok ha generado una forma específica de montaje afectivo que se basa en esa convergencia.
2025. @retro.clipz92 y @vaporama_vision. Tiktok
Los usuarios de TikTok han interiorizado esta fórmula al punto de replicarla con precisión casi automática. Existen audios etiquetados explícitamente como liminal songs, muchos de ellos versiones slowed + reverb de sonidos, que actúan como marcadores emocionales. Su recurrencia no responde solo a una lógica estética, sino a un proceso algorítmico de circulación y reconocimiento: ciertos sonidos se asocian con un tipo de imagen, y viceversa, generando una atmósfera que es inmediatamente legible para quienes consumen este tipo de contenido. No se trata tanto de una narrativa como de una condición perceptiva que se reitera, produciendo una sensación de familiaridad en la repetición y creando, incluso, un cierto paralelismo con la familiaridad inquietante de Mori, lo uncanny, de las propias imágenes. De hecho, la sensación se intensifica notablemente al utilizar auriculares, ya que muchos de estos audios están grabados en estéreo para generar un efecto envolvente. Esto remite a los audios “dosmileros” compartidos en su época por el impacto que producían al simular situaciones realistas con auriculares. Un ejemplo emblemático es el audio de la barbería, donde las tijeras y las voces parecían moverse de un lado a otro con una precisión espacial sorprendente para la época. Asimismo, el formato de lo liminal en TikTok evoca también el fenómeno del ASMR, que ha ganado gran popularidad en los últimos años y sigue siendo habitual entre quienes lo utilizan para relajarse, dormir o concentrarse. En este caso, sin embargo, la experiencia envolvente no se orienta hacia lo placentero, sino que se tiñe de una angustia persistente.
De este modo, no solo surgen colecciones de imágenes acompañadas de sonido, sino también vídeos generados por inteligencia artificial, renders en 3D, fragmentos de videojuegos e incluso grabaciones de lugares reales reinterpretadas con esta estética específica. Todos ellos comparten una misma c a p a c i d a d p a r a g e n e r a r i n q u i e t u d , intensificada por la combinación con sonidos, provocando reacciones en la sección de comentarios de cada vídeo, donde los usuarios participan como si interactuasen directamente con el espacio representado o con un “protagonista” imaginario que lo vive en el vídeo en primera persona. Esta dinámica configura una experiencia colectiva virtual, evidenciada en comentarios como: “right can you justget out of now please,” “ducking in the comments once he fell in the water,” “0 survival instinct” o “WHY DID WE JUMP ITS SO DARK.”
Algunos de estos vídeos incluyen agua en movimiento, retomando elementos ya presentes en las imágenes de “pools “liminales y acentuando la sensación de vulnerabilidad e inmovilidad que provoca no poder moverse libremente en el agua. Como señala un usuario en un vídeo de @vaporama vision: “I think one of the scary things about water (even when it’s not that deep) is that you can’t run as fast in it.” Esta elección podría responder a la voluntad de intensificar las emociones evocadas, en sintonía con las dinámicas de esta plataforma, donde la retención de la atención del público depende en gran medida de estímulos fuertes. En ciertos casos, estas aguas están habitadas por criaturas, configurando una especie de neo-backrooms, como ya planteaba Kane Pixels en sus vídeos de “Found Footage” en 2022. Esto actualiza la estética original y reafirma el interés persistente del público, desde 2019 hasta la actualidad, por este tipo de representaciones que, aunque adoptan distintas formas, han mantenido su presencia constante a lo largo de los años.

2025. Tung tung tung Sahur en Backrooms y Espacios liminales. Tiktok
Un ejemplo ilustrativo de esta dinámica es la reciente viralización de los memes de brainrot italiano, que ha proliferado en TikTok mediante el uso de imágenes generadas por IA que presentan animales o figuras deformadas, combinadas con frases en un falso italiano caricaturesco. Personajes como Ballerina Cappuccina o Bombardino Crocodilo condensan un tipo de absurdo que, aunque efímero en duración, en muchos casos no más de un mes, logra conquistar internet al activar respuestas afectivas intensas desde la ironía y el sarcasmo. En concreto la imagen de Tung Tung Tung Sahur, que muestra una figura antropomórfica de madera, con rostro humanoide y cuerpo de palo, fue rápidamente adoptado por comunidades que lo recontextualizaron dentro de la estética liminal, combinándolo con imágenes de pasillos vacíos o entornos inquietantemente anodinos y convirtiéndolo en una de las criaturas de terror dentro de estos espacios. A través de la fusión de imagen y sonido, y la combinación de un elemento novedoso y uno ampliamente reconocido, se genera un vídeo de atmósfera inquietante, incluso terrorífica, en el que un personaje aparentemente inofensivo adopta un papel amenazante, persiguiendo al usuario por uno de estos escenarios. Esto evidencia la persistencia del fenómeno desde su origen en 2019 con los Backrooms y su auge durante el confinamiento de 2020, hasta su vigencia en 2025 como un archivo emocional colectivo en constante transformación.
La eficacia de lo liminal en TikTok reside en su capacidad de insertarse en un patrón ya reconocido: ver la misma piscina vacía con el mismo audio, una y otra vez, con ligeras variaciones o reinsertar nuevas imágenes en otras ya conocidas para generar esta sensación compartida. Esa repetición no agota la emoción, sino que la intensifica. Y en un entorno dominado por el algoritmo, intensificarse significa reconocerse, formando parte de una coreografía afectiva y consolidando una emoción colectiva.